Hermano Lizardo
Los espíritus de las personas que mueren jóvenes, accidentadas, suicidadas o asesinadas, permanecen por mucho tiempo en la tierra; no con formas materiales, sino en estado gaseoso, que en términos esotéricos conocemos como de cuarta dimensión.
El espíritu de la periodista Floralba Núñez Vargas, extraído involuntariamente de su cuerpo físico, seguirá aquí, en el plano material. Sus familiares pueden llegar a verla de forma abstracta, diríamos gaseosa; es algo así como una sombra de color amarillo pastel; es una figura pequeña de forma ovoide.
Los niños menores de ocho años la ven con mucha facilidad, porque a esta edad la mayoría de los niños son videntes por naturaleza; también la podemos ver quienes poseemos el don de la videncia y percepción extrasensorial, algo que los materialistas no conocen y en muchas ocasiones critican, y hasta se burlan.
Los incrédulos o demasiado apegados a las cosas materiales tampoco pueden ver estos espíritus celestiales; sus mentes están selladas por la materia y la cantidad de teorías que poseen.
Finalmente diremos, que no deben asustarse al ver estos maravillosos espíritus, pues ellos son totalmente inofensivos; no causan daño alguno; tampoco hacen milagros como mucha gente cree. Sencillamente son espíritus neutros, cuya única misión es esperar que se cumpla el tiempo destinado por el hilo de la vida que fue cortado sin ser el momento, para irse definitivamente a las celestes lejanías del mundo espiritual.
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