Hermano Lizardo
La herradura constituye el calzado utilizado por cientos de años para los caballos domésticos. Este vital elemento para conservar los cascos de las bestias, posee secretos y misterios que los humanos deben conocer.
Poseer una herradura colgada sobre el interior de la puerta principal de nuestra morada, es muy indispensable para alejar los malos espíritus, preservar el hogar de envidias y contrarrestar maleficios.
Pero es indispensable que esta herradura sea usada, es decir, que haya tenido uso en los cascos de alguna bestia. Y debe ser encontrada, porque no es de las que se arrancan de los cascos del caballo para colocar otra.
El secreto cosiste en que cuando viajes por alguna calle, camino o carretera y te encuentres una herradura botada, deberás recogerla y llevarla al hogar para colocarla. Ahora, si te encuentras una herradura y su posición es como si el caballo la llevara calzada, es mucho más virtuosa; debes antes de recogerla pedir un deseo, cualquiera que este sea; inmediatamente la recoges, rezando la Oración de la Herradura, la guardarás cuidadosamente para que nadie la mire y cuando llegues a su residencia la colocarás detrás de la puerta, la clavarás con tres clavos usados y encontrados.
Todos los días, mañana y noche rezarás la Oración a la Herradura, pidiendo se concrete el deseo solicitado. Cuando ese deseo se plasme en la realidad, cogerás la herradura y la llevarás a un río cercano, caminando de espaldas al mismo y la tiras al agua, sin mirar para atrás; te alejarás del lugar sin mirar para atrás. De esa manera el deseo no se malogrará. En próximos artículos revelaré la Oración de la Herradura.
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